jueves, 22 de noviembre de 2007

Vuelve "EL VERDUGO"



Hace tiempo que dejé de considerar al peluquero Alcaraz víctima de terrorismo y le califique como verdugo de la esencia democrática. Algo de víctima le queda aún: del sinsentido, de la bronca permanente y de los intereses bastardo de la derecha cavernícola española.

Cuando "el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue". Esta frase popular es aplicable, en todos sus extremos, al tonto de Alcaraz. El tonto sigue convocando manifestaciones ¿contra qué? ¿acaso es el terrorismo el problema mayor de España en esta legislatura?. Este villano que quiere convertirse en Héroe va camino precipicio, y el sr. NO quiere desmarcarse del camino antes que caer por el barranco. El sr. NO esperará al 9 de Marzo para despeñarse al vacío de los inútiles.

El Sábado volverán a ondear las banderas de España por las calles de Madrid y volverán a lanzarse alaridos de posesos contra Zapatero. Y lo que es peor, la ultraderecha, la que mata al primer chaval que se encuentra de frente, estará, brazo en alto, reivindicando el paleolítico. Allí estará el terrorista Ynestrillas, los del yugo y las flechas, y los hijos de desalmados que un día provocaron la mayor tragedia de España.

Las babas de Acebes volverán a caer sobre el asfalto de la Capital de Doña Esperanza, la Capìtal que soporta todo, la misma que le mantiene en una poltrona que no merece, la misma que también estará acompañando a verdugos y fascistas.

No siento miedo pero si vergüenza ajena. No siento miedo porque ya hace tiempo que se abrieron las grandes alamedas a los hombres y mujeres libres de este País. Siento vergüenza de tener que convivir con personas que no saben respetar la LIBERTAD, la SOLIDARIDAD ni la JUSTICIA SOCIAL.

viernes, 9 de noviembre de 2007

AZNAR, DESTRUCTOR


Los comentaristas políticos suelen referirse al Partido Popular y a su honorífica cabeza Aznar como al partido conservador. ¿Se dará algún punto de contacto con el Partido Conservador inglés, por ejemplo? Concluyan ustedes mismos. ¿No se daría una mayor simbiosis con Le Pen?

Tradicionalista, decía Ortega, es el que sitúa el pasado en su marco temporal exacto. Aparte la necesaria y poco frecuente distinción entre pasado e historia, quien no hace de su vida un proyecto de futuro permanece embrionado en un complejo de Edipo o Electra.

Aznar anda por montañas lejanas (me temo que nevadas) y desiertos remotos. Perdido está Aznar insultando la inocencia de la arena, blasfemando contra la elegancia de las palmeras y enfrentándose a los músculos del monte. Perdido. En la soledad más absoluta, sin un etarra que llevarse a la boca, sin ni siquiera tener la fuerza para hacer del terrorismo el terrorismo que él desea. Hasta ETA, que atentó contra él, ha abandonado su prepotencia napoleónica. La ETA asesina mata, pero no donde Aznar quiere y exige.

Aznar no llega a la esférica categoría de la naftalina. Ni es tradicionalista, ni conservador, ni distingue pasado e historia. Es sencillamente un destructor. Allí donde pisan su pluma o su palabra no vuelve a pasar el viento. Nada ha quedado a su alrededor. Ni siquiera el oasis compasivo e ilusorio de un mañana. Sólo sangre iraquí, sangre fechada el 11 del 3, sangre coagulada, sólo coagulada, de Rajoy, Acebes o Zaplana.

Aznar, sin dignidad de Quijote, enloquece contra los poderes de un Estado de derecho: destruye la justicia, convoca al Parlamento para repartir fotos de las Azores y lancea a un Gobierno surgido de las urnas porque en las urnas sólo intuye ataúdes elegantes.

F. Navarro