miércoles, 30 de julio de 2008

ANALFABETO Y SINVERGÜENZA


La Libertad de Expresión es sagrada. La estupided humana, la humillación y la desvergüenza NO.
El señor de la foto, Lluis Suñe Moralesn numero 1 por ICV por Tarragona a la Elecciones Generales de 2008, es a todos los efectos lo que podíamos denominar el Analfabeto Político que define a las mil maravillas Bertolt Brecht, con el agravante, además, de tener una insensibilidad social que roza los límites de la irracionalidad. Hoy a ha cometido un grave error por no decir una villanía contra el pueblo extremeño, hoy se ha mofado vilmente de un pueblo que secularmente sufrio los atropellos y la ignorancia de los territorios más ricos del Estado Español.
La voz de este individuo, concejal en la oposición de un pueblo de Tarragona, no es en modo alguno la voz de Cataluña ni de los Catalanes, es sencillamente la voz de la desvergüenza y la del analfabeto político.

"El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. Él no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales". Bertolt Brecht

miércoles, 23 de julio de 2008

A GINEBRA

No no, no voy a dedicarle esta entrada a mi Ginebra preferida para tomar un Gin Tonic, ni siquiera se la voy a dedicarla a hablar de la Ginebra suiza del lago Lemans, y tampoco, aunque me gustaría, de la Ginebra Colombiana asentada en el Valle del Cauca donde se come un delicioso Sancocho de Gallina, cocinado en fogón de leña. Y menos aún voy a dedicarle medio minuto a las famosas Convenciones de Ginebra. Podría hablar, pero no quiero, de la reina Ginebra, esposa del rey Arturo, a quien se "cepilló" Lancelot camino de Camelot (esta historias es bonita, pero hoy no toca).
Hoy quiero dedicarle esta entrada a una persona que conocí no hace mucho tiempo. Extremeña, cacereña, del Valle del Jerte, historiadora, comprometida, guapa, blogera, roja, le apasiona la música y las Playas de Cai, pero básicamente BUENA. Esa es Ginebra, mi Ginebra de hoy. A ella quiero dedicarle dos temas que seguro seguro que le gustarán.

UN BESO



jueves, 10 de julio de 2008

EL GRAN TEATRO DEL MUNDO


En la cumbre del G-8, los jefes de Estado y de Gobierno participantes deciden las políticas que van a influir en los órganos que configuran el orden mundial, desde la ONU hasta el BM, el FMI o la OMC. El papel del resto es bailar a su compás: seguir los pasos, no perder el ritmo ni la sonrisa. Pero esta danza cada vez es más rápida, más difícil de seguir, y las sonrisas se convierten en muecas hieráticas. Igual que las de las marionetas.



Público

sábado, 5 de julio de 2008

A TU SALUD ROUCO VARELA, Antonio María




Arrastraban sus pasos entre la humedad y la mugre de galerías oscuras, las manos en la espalda, el pelo rapado. A través de un ventanuco cruzado por barrotes, podían ver un pedazo del mundo exterior. El “paisaje” lo formaban garitas, focos, vigilantes, y ratas que atravesaban el recinto carcelario. Así fue la vida de cientos de miles de hombres y mujeres, así continúa en muchos lugares. ¿Su delito?... ser gays o lesbianas.

Se estima en 600.000 los homosexuales muertos en los campos de concentración nazis. Muchos fallecieron al asfixiarse con sus vómitos tras sufrir espeluznantes palizas. Otros agonizaron durante días con los intestinos desgarrados a causa de palos introducidos por el ano. Algunos médicos de las SS experimentaron con estas pobres gentes en busca del “gen gay” que “curase” la homosexualidad.
En Auschwitz-Birkenau fueron aniquilados miles de judíos, polacos, gitanos, homosexuales… hombres y mujeres que un día fueron niños, rieron, crecieron, soñaron, amaron, se emocionaron con un libro o una canción…
En la España de Franco, la Ley de Vagos y Maleantes estableció que “podrán ser declarados en estado peligroso y sometido a las medidas de seguridad… los vagos habituales, los homosexuales, los rufianes y proxenetas”. Así, miles de personas fueron detenidas, humilladas y encarceladas por actos y actitudes gays durante el franquismo. No pocos, al pisar aquellos tétricos presidios franquistas, eran violados.
La dictadura de Franco saturó las cárceles y perforó miles de tapias con los balazos que, momentos antes, habían atravesado el pecho de los represaliados. La iglesia católica fue un soporte de aquel régimen y, por tanto, cómplice y cooperadora necesaria de aquellos crímenes. Pero, claro, no olvidemos que ser homosexual atenta contra los mandamientos de la “santa madre”.
Hoy, en España, las personas que esparcen su odio y chapotean en sus fobias no pueden ya exterminar a los gays. Para racionalizar (y no olvidemos que la racionalización es un mecanismo de autodefensa) su más que sospechoso odio a los homosexuales, algunos han acuñado la expresión “lobby gay”. Y a este “lobby gay” se le atribuye toda suerte de intenciones apocalípticas. El truco no es nuevo. Ya se aplicó con los judíos, los contrarrevolucionarios, los masones, los cristianos, etc. Es la racionalización de quien ve en otros el reflejo de sus deseos ocultos o de las cualidades que les faltan.
Así, braman contra el “terrorífico lobby gay” que conspira para “destruir la familia y aniquilar las sagradas tradiciones de Occidente y valores cristianos de nuestra civilización”. Por el camino, claro está, el “lobby gay” corromperá niños y empleará un “proselitismo agresivo”.
Al anterior cóctel de estupidez, mala baba y paranoia, puede agregarse un chorrito de contubernio judeomasónico y unas gotas denigratorias hacia Zapatero. Frente a todo lo anterior, por mi parte, me encantará dedicar y disfrutar el Orgullo 2008 a la salud de Ratzinger y Rouco Varela.
Y es que albergo la convicción (en algunos casos certeza) de que las arremetidas contra los homosexuales proceden de gays reprimidos, arrimados o no a la sombra de aquellos dos. Se colorea así el ataque a los gays con pinceladas esperpénticas y, dado que no hay mal que por bien no venga, se rinde de este modo homenaje al genial don Ramón María del Valle-Inclán, maestro del esperpento.

martes, 1 de julio de 2008

EL ORGASMO Y LA FRUSTRACIÓN

Munch murió antes de que nacieran los Sipson y poco después que el Fútbol fuera el mayor narcótico contra los orgasmos frustrados.
Alguien dijo que un gol es como un orgasmo. Y no hago más que pensar en la teoría del gol orgasmo y sus efectos balsámicos. Los urogallos se ensimisman de tal manera en su parada nupcial que los puedes tocar con la mano o dispararles a bocajarro. Están tan pendientes de su obsesión que sólo tienen ojos para sus urogallas queridas. Hasta hoy todavía duraban los efectos del polvo contra Alemania sin reparar en las señales de peligro que nos acechaban: el barril de petróleo Brent superaba ya los 143 dólares, el IPC adelantado alcanzaba el 5,1% en junio, el euríbor llegaba a su máximo histórico, el 5,3%, y el parlamento vasco aprobaba la consultareferéndum de Ibarretxe, el Parlamento Europeo crea un nuevo Guantánamo en Europa........... Viendo la parada nupcial de mis compatriotas desplazados
a Viena, pintarrajeados como urogallos, yo me preguntaba ¿serán conscientes de lo que nos espera a la vuelta?.

Y a mi me gusta el Fútbol, y mucho. Pero observo con curiosidad su fuerza colectiva. Y fantaseo con ella. Ninguna convocatoria de huelga haría paralizar al país como lo hizo el partido del Domingo. Ninguna protesta saca a la calle a tanta gente como lo ha hecho la selección española a su vuelta de Austria. (Excepto la AVT cuando quien contabiliza es Doña Esperanza Aguirre).
Si el fútbol, se dice, narcotiza a la ciudadanía, también puede servir, periódicamente, para demostrar el potencial político de la acción colectiva. Un Ejemplo:
Si alguien el domingo estaba sentado en un balcón, ajeno al fútbol, oiría con el gol de Torres un grito al unísono de miles de vecinos: GOOOOOOOOLLLLLLLLL, el rugido resultante no le parecería humano, daría miedo de no saber lo que es. ¿Se imaginan si un día nos ponemos de acuerdo para gritar otra cosa? Nos oirían, claro. Sólo nos oirían.