lunes, 16 de marzo de 2009

EL BREBAJE


Aquellos mercachifles recorrían los caminos roturados de sol, y una vez puesto el pie en la plaza del pueblo, nada podía callarlos.
Ofrecían a gritos sus productos milagrosos: crecepelos, antirreumáticos, analgésicos… Hasta las siluetas amenazantes de la Guardia Civil, con sus tricornios charolados y mosquetones aceitosos, detenían su paso para escuchar el torrente de palabrería de esos sacamuelas.

Entre los productos más demandados destacaba la “purga del doctor Benito”. ¿Estreñimiento?, tome la purga Benito; ¿diarrea?, es igual, un traguito de purga y listo. La pócima favorecía la fertilidad o prevenía embarazos y tan eficaz se mostraba para inducir al sueño como para mantener la vigilia.

Hace unos días los sindicatos han roto las negociaciones con la patronal cuando estos neocharlatanes han pretendido volver a vendernos, como tienen por costumbre, la purga Benito.

Este brebaje que prescribe la clase empresarial se compone de ingredientes archiconocidos: ¿crece la economía?, pues ya saben, reducción de salarios y pensiones para no alimentar la “espiral inflacionista”; ah, ¿Que la economía decrece?, no importa, reducción de salarios y pensiones para “estimular el crecimiento”…

… ¿Se crea empleo?, pues más purga Benito, apliquemos “flexibilidad laboral” y “despido libre”. ¿Se destruye empleo?, bien, no queda otra opción que “flexibilidad laboral” y “despido libre”. Para los trabajadores, claro, que para los ejecutivos ya contamos con los contratos blindados y las indemnizaciones millonarias.

Así, la patronal continúa con su purga Benito: ¿crecen los beneficios empresariales?, en ese caso reduzcamos impuestos; ¿decrecen las ganancias?, pues también reduzcamos impuestos. Claro, nos referimos al impuesto de sociedades y al IRPF. Los indirectos, que aumenten ya que, en gran parte, salen del espinazo de los trabajadores.

Y creo que va siendo hora de triturar la idea del empresario como “generador de riqueza”… esto es una falacia o, al menos, una verdad muy a medias. La riqueza la genera el trabajador. Es el esfuerzo de millones de hombres y mujeres que madrugan, sudan y suspiran lo que “genera riqueza”. Además, desgraciadamente, en España padecemos una clase empresarial mimada, empachada de ayudas fiscales y ahíta de subvenciones… ¿Pero dónde están los empresarios con ideas capaces de superar ruinas y quebrantos?

Muy al contrario, en nuestro país ha florecido la mugre del trapicheo inmobiliario con su orgía especulativa en billetes de quinientos euros. O la hostelería, con mano de obra extranjera y mal pagada. Claro que todos sabemos que vivir en un país de sol y playa es mérito de nuestra indómita clase empresarial.

Repito: ¿dónde están los empresarios capaces de iluminar una idea y desarrollarla?... probablemente en el extranjero o sepultados bajo la desleal competencia de quienes amasaron fortunas con la especulación, la hostelería o los contratos públicos bajo el sobaco sudoroso de políticos corruptos.

El pasado día, mientras desayunaba, la televisión emitía las declaraciones de la patronal y su milagrosa “purga del doctor Benito”. Mientras apuraba su café, un parroquiano exclamó: ¡hatajo de sinvergüenzas! Quien piense distinto, que le lleve la contraria.

G. Vidal

miércoles, 4 de marzo de 2009

CIRQUE DU SOLEIL -Varekai-



Hace una semana, estaba. a esta horas, en Sevilla. Me disponía, con entusiasmo, a ver Varekai y el entusiasmo se tradujo en éxtasis. Es uno de los mayores espectáculos que jamas ví bajo una inmensa carpa. Por eso quiero dejar una breve reseña sobre este fabuloso espectáculo de luz, sonido y magia en el más amplio sentido de la palabra. Si podeis verlo, que no haya dudas.

'Varekai', el nuevo espectáculo del Cirque du Soleil de la mano de su creador, el director de escena canadiense Dominic Champagne, que ha ideado un espectáculo inspirado en el coraje de las personas para llegar donde se propongan.

La historia de 'Varekai' comienza cuando un joven solitario cae del cielo. Al aterrizar en las sombras de un bosque mágico, un mundo caleidoscópico lleno de criaturas fantásticas, el joven emprende una aventura a la vez absurda y extraordinaria. Ese día empieza un inspirado conjuro a una vida redescubierta y a una maravilla recién encontrada en los misterios del mundo y de la mente.

La palabra Varekai significa 'en cualquier lugar' en la lengua romaní de los gitanos. Esto es lo que Champagne ha querido trasladar a su espectáculo que sirve a la idea de que "cualquiera de nosotros puede llegar a cualquier parte", ha explicado.

La génesis de 'Varekai' se encuentra en un episodio personal que vivió el director y creador del mismo. Tuvo un accidente mientras trabajaba en otra producción teatral en el que se rompió los dos pies y a raíz del cual le dijeron que no podría volver a caminar. Luego pudo restablecerse. Aquel miedo se ve ahora reflejado en el trabajo de los acróbatas "que desafían la gravedad y los límites de lo posible", señaló.

[foto de la noticia]
ampliar foto

Ese 'desafío de lo imposible' está presente en la visión de Champagne que vivió los atentados del 11-S mientras se gestaba 'Varekai'. "Obama es un reflejo de algo que parecía difícil de lograr", señaló. Para el creador del espectáculo lo importante era demostrar que la "hermandad" de todas las culturas que conviven en este circo "alimentan la idea de que si alguien cae consigue levantarse con la fuerza de toda la comunidad", dijo en referencia también a los atentados de Madrid.

Cuando Dominic Champagne comenzó a colaborar con el Cirque du Soleil se dio cuenta de que su trabajo era el que estaba al servicio de estos artistas y no al revés. "Ensamblé todos esos números acrobáticos y les aporté mi concepto de lenguaje poético", explicó.

En este sentido, el circo le ha hecho modificar en cierta medida su concepto del teatro. "No contaba con ninguna dramaturgia, tenía que trabajar con el movimiento y los cuerpos. Fue así como me di cuenta de que el cuerpo humano me servía como vehículo de la historia", señaló recordando que próximamente se enfrentará aúna producción de mimo, algo que ahora sí se atreve a hacer.

Tradiciones circenses

En las bambalinas del Cirque du Soleil la actividad es incesante. Mientras unos entrenan, otros preparan y repasan el vestuario, la iluminación o el montaje, algunos almuerzan y unos pocos echan una cabezada antes de seguir con el duro entrenamiento diario.

En esta ocasión, el espectáculo rinde homenaje a las tradiciones circenses antiguas y extrañas de los juegos de Ícaro, los meteoros de agua y la danza georgiana pero también se adentra en la modernidad con giros revolucionarios en números tales como los columpios rusos, la superficie resbaladiza y el triple trapecio.

[foto de la noticia]
ampliar foto

El vestuario, una segunda piel

Como en otras producciones del Cirque du Soleil, el vestuario es uno de los elementos fundamentales. Aquí la encargada de trasladar las ideas de Champagne a las telas fue Eiko Ishioka, que ha participado en diversas disciplinas artísticas, incluido el diseño de vestuario para cine, teatro y ópera. Para 'Varekai', se planteó el doble reto de diseñar trajes decididamente originales y dotar de formas nuevas al tradicional body de lycra.

Entre 650 y 1.000 piezas de vestuario se trasladan de un lugar a otro del planeta para poner en pie 'Varekai'. La seguridad, la comodidad y la libertad de movimientos son factores esenciales en el diseño de los trajes para acrobacias que deben parecer una segunda piel. Los colores brillantes y llamativos y las formas inusuales de los trajes de Ishioka acentúan el movimiento de los artistas, aumentando su belleza y elegancia.

Música y escenografía

Para crear la partitura musical de 'Varekai', Violaine Corradi se inspiró en el gran repertorio de músicas del mundo. Cada pieza parece evocar una reunión o yuxtaposición de culturas distintas, que no siempre son identificables.

Por su parte, Stéphane Roy, responsable de la escenografía ideó distintos espacios: El bosque, con más de 300 'árboles' de entre 4,5 m y 10,5 m de altura; el escenario en sí mismo que esconde cinco trampas, dos plataformas giratorias y una plataforma elevadora; la pasarela, parecida a la columna vertebral de un inmenso pájaro; y, finalmente, el mirador, una conexión con el mundo exterior, un punto desde donde mirar para ver qué depara el futuro y que sirve de cabaña al vigilante del cielo.