
Extremadura no es Madrid, Extremadura es socialista, aquí no vivimos en un hormiguero subterráneo, ni hay caos circulatorio permanente, ni polución axfisiante, ni extensas listas de espera, ni alumno sin ordenador en sus aulas educativas, ni viviendas sobrevaloradas, ni especulación urbanística galopante, ni manipulación televisiva, ni manifestaciones fascistas cada 15 días.
Aquí no hacen falta líderes de peso específico para liderar una nueva etapa de progreso, una más. Aquí triunfa el ideario de un partido que nos sacó de las cavernas, que nos quitó el complejo de ser extremeños, que avanzó más con un vespino que otros con una honda 500, que inculcó el concepto de la solidaridad por encima de los intereses personales, que nos convirtió en una región atractiva y amable, que nos dio una sanidad que para sí quisieran las comunidades de "glamour", que hizo posible que estuviésemos a la cabeza de la revolución tecnológica y que no perdiesemos el tren de las grandes comunicaciones.
El orgullo de ser extremeño se engrandece por el orgullo de ser, además, socialista.
Desde aquí quiero hacer un homenaje a la persona que lideró el cambio en Extremadura, una persona humilde, cercana, honesta, reivindicativa, solidaria. Una figura que pasará a los anales de la Historia como el hombre que hizo creer a los extremeños en su tierra: JUAN CARLOS RODRIGUEZ IBARRA. Y desde aquí voy a dar la bienvenida a quien toma las riendas del destino de una Extremadura cada vez más orgullosa de sus ciudadanos: GUILLERMO FERNANDEZ VARA. Quienes lo conocemos sabemos que no nos fallará.
Salud.