
Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven son palabras.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas,
qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar que no puede por imposible, y calla.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
R. Alberti
6 comentarios:
Jo, Antonio, es la leche... pensar la gente que se nos muere y tanto infame llega a centenario...
Por cierto, ya te lo dije cuando estuvimos juntos, pero ahora te lo repito (y me lo repito a mí misma) baja un poco el tabaco que fumas, mi niño. Un beso.
Blanca, aquella frase que me dijiste me martillea la cabeza. Hoy espero haber dejado de fumar.
Un beso.
Que pena de pérdida... Efectivamente, el tabaco mata... Yo conseguí dejar de fumar después de perder a mi padre por culpa de un cáncer de pulmón causa de tirarse fumando 40 años. Usemos la cabeza para no privar al mundo de nuestra existencia, la cual es muy importante, precisamente por nuestra cabeza.
Abrazo, y ánimo... Los parches son cojonudos.
Sí... se le echa de menos. Mucho.
periodistas de su talla los hay bien poquitos.
descanse en paz
un abrazo
A mí su perdida me ha dolido más de lo que podéis imaginaros pues es una de las personas que más han influido en mi vida sin llegarle a conocer. Se ha perdido a uno de los grandes de los medios y una buena persona.
Saludos
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