El escribir de las cosas del comer se ha convertido en los últimos años en un género literario de mayor cuantía y los aficionados a la buena mesa, que en nuestro país se cuentan por miles, han trocado su condición de comensales, cuando les llega la hora fatídica de ponerse a régimen, por la de bibliófilos e incluso, los mas entusiastas y excesicos, por la de bibliómanos.
"ya que no podemos comer como quisieramos-se dicen a si mismo los gastónomos jubilados- leamos al menos lo que comen otros y practiquemos, hasta que el cuerpo aguante, la honesta, sana divertida y brillante gastronomía de papel". El mercado editorial nos suministra cada mes abundante material para alimentar nuestra pasión literaria: guías de todo tipo, recetarios singulares, estudios sociológicos, tratados filosóficos, etc. Pero quiero recordar o recomendar desde aquí, la voluminosa Historia de la Alimentación (Editorial Atrea), obra apasionante que dirigieron Jean-Luis Flandrín y Máximo Montanari, con la colaboración de mas de 40 especialistas en diferentes ramas del saber y que amplía el horizonte de los estudiosos y aficionados a la gastronomía y les permite dar un salto cualitativo en sus investigaciones y observar el devenir histórico utilizando como telescopio el hecho culinario.
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