miércoles, 7 de febrero de 2007

Cocina para Pobres


De los inmnumerables libro reerentes al hecho gastronómico, uno, especialmente uno, me llamó la atención y lo conservo como paño en oro. Por su presentación, por su humor y su eclecticismo a la hora de recoplar recetas sin discriminación alguna y sin aconsejar este plato o el otro o el de mas allá; porque si bien es cierto que no por ser buen cocinero se tiene mejor paladar, el perol, la cazuela y la sarten son instrumentos que contribuyen al buen vivir y que, cuando son manejados certeramente, aumentan el bienestar de los habitantes de un País o de quienes lo visitan.
Por ello es preciso que los que se dedican a la profesión de cocinero estén tan doctorados en su arte como lo está el autor de este buén libro en la Facultad de Medicina y en estos bellos menesteres del buen comer, aunque se una cocina para pobres. Y del beber como Dios manda.
Aconsejamos, pués, junto a las recetas que presenta este libro, trasegar buen vino, que para eso España produce los mejores caldos vináceos del redondo y un poco achatado mundo. Comidos y bebidos bien todos somos un poco mejores.
Después de esta perorata, decir que el libro al que me refiero es "Cocina para pobres" de Alfredo Juderías (ed. Seteco).
Y como botón de muestra una recetita:
"sesos huecos" :
"Lo primero que hay que hacer es llegarse a una acreditada sesería y decirle a la sesera:-Deme usted la honrada masa encefálica de culaquier rumiante digno-, pagados los sesos, si buenamente se puede, y conducidos a la cocina, se les pone a cocer dentro de un cacharro, porque dentro de un tricornio, por ejemplo, cocerían con mucha dificultad.
Una vez cocidos y partidos en pedazos pequeños se les va embozando uno a uno, en airosas capas de crema, que ya se tendrá hecha on anterioridad, mezclando agua de huevo con harina de Lozoya y clara de trigo; y lo digo así, porque ya me lo imagino mezclado.
Bien abrigaditos los pedazos se arrojan bruscamente en una sartén llena de manteca de cerdo ministerial, y allí se frien, a la vez que se espnjan, sin cuya condición no serían huecos. En cuanto la cocinera tenga los sesos fritos, los puede servir sin escrúpulos". (sic)
Nota: Esta es la "receta" del popular poeta, novelista y autordramático Juan Pérez Zúñiga, publicada en su libro "cocina Cómica". Edit. Renacimiento, en el año 1920, e insertada por Juderías en el Libro comentado.
Buen Provecho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Coherente te parece la propuesta de Otegi? Le has preguntado a un navarro qué le parece la idea? Q se anexionen tu comunidad y seas tú el que viva bajo el yugo de los terroristas...

Anónimo dijo...

No sabia que a Vd le gustabas los sesos huecos. Más bien creo que vd. los tiene.

Anónimo dijo...

soy anonimo 2 lo de los sesos huecos me referia al anonimo 1